Cada día es mayor el numero de mujeres que han empezado a entrenar ciclismo y es más común encontrarnos con espacios que promueven la participación de las mujeres y brindan recursos valiosos para ellas. A nivel recreativo y profesional podemos encontrar más equipos, competidoras individuales y hasta corrales de salida para ellas. Los fabricantes de partes, marcos y grupos hoy en día han empezado a tornar su mirada y ya es más fácil encontrar indumentaría especializada.
Aún así, lo que falta en gran medida en el dominio del entrenamiento de las atletas femeninas es una comprensión básica más generalizada de la fisiología femenina y cómo trabajar con ella, no contra ella, para lograr los mejores resultados posibles en los entrenamientos individuales. A menudo, las mujeres no comprenden la conexión entre su entrenamiento y rendimiento y sus fluctuaciones hormonales. No tener la percepción de estas conexiones a menudo conduce a la frustración, la preocupación de que el programa de entrenamiento no esté funcionando, el agotamiento mental, entre otros. Los entrenadores con frecuencia no tienen idea de qué síntomas están experimentando sus atletas y, sinceramente, a menudo carecen de educación sobre la fisiología de la mujer. Esto provoca una desconexión con la ciclista, que se ve en la necesidad de resolver las cosas por su cuenta. Estas fluctuaciones hormonales (muchas provocadas por la anticoncepción), pueden afectar seriamente el entrenamiento de las mujeres.Y es que si bien, hoy en día podemos hablar libremente de zonas de entrenamiento y nutrición; también deberíamos poder hablar de estos procesos naturales...
Ahora, entremos en los detalles de la anticoncepción. Según la publicación del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, a partir de diciembre de 2018, casi el 65 % de las mujeres usaban algún tipo de anticonceptivo. Los métodos más comunes fueron la esterilización femenina (18,6%), las píldoras anticonceptivas orales (12,6%), los anticonceptivos reversibles de larga duración o LARC (10,3%) y los preservativos masculinos (8,7%).
El conocimiento básico de estas opciones puede ayudar a los entrenadores a brindar una atención y una programación más individualizadas para sus atletas femeninas cuando las atletas se sienten cómodas compartiendo este tipo de información con un entrenador. Hoy en día la mayoría de las mujeres están dispuestas a compartir información sobre su ciclo y/o un método anticonceptivo si saben cómo se está utilizando la información y cómo puede beneficiar su entrenamiento. Cuando una mujer acude a la consulta de un médico solicitando un método anticonceptivo, muchas veces no recibe información sobre lo que sucederá en su organismo a causa del método elegido. Los pros y los contras que se dan para decidir generalmente giran en torno a la cobertura del seguro, los costos de bolsillo, la duración del uso y la conveniencia, pero no se habla de los efectos que experimentará el cuerpo y más en el entrenamiento. Por lo general, depende de la ciclista hacer su propia investigación y comprender qué le hará a su cuerpo. Las atletas jóvenes a menudo solo consideran la facilidad de uso y no comprenden completamente el panorama general de introducir una sustancia extraña en sus cuerpos. Entonces, ¿cómo funcionan estos diferentes métodos anticonceptivos y cómo afectan los cuerpos de las mujeres y su capacidad para entrenar y actuar?La esterilización femenina (ligadura de trompas) y el uso de condones masculinos no afectan las fluctuaciones de las hormonas sexuales de las mujeres a lo largo del ciclo menstrual. Estas mujeres continúan menstruando y los ovarios continúan produciendo hormonas sexuales, razón por la cual pueden seguir la programación de entrenamiento (mujeres de ciclo natural) que se ajusta según la fase del ciclo: folicular temprano, folicular medio, ovulatorio, lúteo medio y lúteo tardío.
La fase lútea tardía premenstrual, que ocurre después de la ovulación y antes del inicio de un período, es una ventana crucial de disminución hormonal significativa y ha sido ignorada casi exclusivamente en la investigación de las ciencias del deporte. Sin embargo, es en esta fase previa a la menstruación y durante la subsiguiente fase folicular temprana (menstruación) donde los síntomas adversos en las atletas son más frecuentes y donde existe una mayor probabilidad de necesidad de una recuperación prolongada del ejercicio y compromisos con las expectativas de entrenamiento y rendimiento.LARC: se pueden dividir en métodos anticonceptivos hormonales y no hormonales. Las opciones hormonales incluyen DIU hormonales (dispositivos intrauterinos), implantes y minipíldora (solo progestina). Estos métodos anticonceptivos funcionan lentamente, a menudo durante varios años, al liberar la hormona progestina, una forma sintética de la progesterona, la hormona esteroide progestacional femenina.
Las píldoras anticonceptivas orales combinadas, también conocidas como "la píldora", son anticonceptivos orales que contienen estrógeno y progestágeno sintéticos. Aproximadamente el 25% de las mujeres de 15 a 44 años que actualmente utilizan métodos anticonceptivos informaron que utilizan la píldora como método de elección. Las píldoras anticonceptivas combinadas funcionan evitando la ovulación: si no se libera un óvulo, el embarazo no puede ocurrir.
Las hormonas de la píldora anulan el nivel natural de hormonas de la mujer y evitan que los folículos maduren y liberen óvulos. Esto es excelente para la anticoncepción, pero interfiere con la señalización biológica entre el cerebro y los ovarios, y el cerebro se acostumbra a no enviar señales a los ovarios para que produzcan hormonas. Algunos de los efectos secundarios más comunes que experimentan las mujeres son presión arterial elevada, sensación de cansancio o sueño e hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en la sangre). También es bien conocido que la administración oral de derivados sintéticos de hormonas sexuales femeninas altera la concentración de hormonas anabólicas y catabólicas en plasma, mientras que la administración sistémica de hormonas no modificadas no lo hace. Investigaciones recientes también indican que las métricas de recuperación de las usuarias de píldoras difieren de aquellas con un ciclo menstrual natural, y hay índices reducidos de adaptación al estrés en todas las fases de la píldora. En conclusión, no existe una solución anticonceptiva perfecta. Los métodos anticonceptivos hormonales, ya sea que liberen las hormonas que impactan localmente el sistema reproductivo femenino o que se tomen en forma de píldora, tienen un efecto sistémico en el cuerpo y, en última instancia, afectan el estado de ánimo, la función inmunológica y la cognición, al mismo tiempo que agotan los nutrientes del cuerpo. Los métodos anticonceptivos no hormonales pueden tener un impacto negativo tanto en la duración como en el volumen asociado con los períodos menstruales. La esterilización trae consigo una permanencia que no es apropiada para muchos deportistas. Los condones masculinos también tienen algunos inconvenientes, sin embargo a hoy en día es materia de estudio en el rendimiento deportivo.